COLONIA de MONTE GRANDE
INTRODUCCIÓN
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En 1878 Mr. James Dodds publico aquí Records of the
Scottish Settlers in the River Plate, etc.>> estimulado por el Rev.
Doctor J. W. Fleming y por datos (publicaciones, periódicos, recortes,
papeles y recuerdos familiares), que dieron: Ronald Bridgett, Esq.,
cónsul ingles en Buenos Aires; el Rev. James Smith, pastor de la
Iglesia Presbiteriana
escocesa; Arthur Towers, Esq., residente en Montevideo y las cinco
sobrevivientes entonces, de la Colonia de Monte Grande: Señoras
Cristina Rodgers de Mac Lean;
Juana Rodgers de Robson; Juana Grierson de Methven, Rufina Kidd
de Wilde y señorita Mariana Grierson.
Esa publicación contiene una reseña incompleta de la actuación de los
escoceses a principios del siglo pasado, mencionando en primera líneas,
a mi abuelo W. G. El resto del libro, y en realidad su mayor parte, es
la historia del desenvolvimiento de las iglesias protestantes en el Río
de la Plata.
Para completar los datos encontrados en esa obra, he recurrido a -The
English in South America* y Hand Book of the River Plate escritas hace
unos sesenta años por M. E. Mulhall, que fund6 en 1861 -The Standard -.
El -British Packet-publicado en 1826 a 1858 dirigido por T. G. Love,
cuya colección existe en nuestra Biblioteca Nacional, contiene una serie
de datos interesantes. En español tenemos publicadas las pacientes
investigaciones en el Archivo Nacional y otras fuentes de información
hist6rica de Ricardo Pillado y el Dr. Francisco P. Moreno. También las
traducciones de Pillado, Aldao y otros de las obras de los hermanos
Robertson y Woodbine Parish.
Las -Guias Blondell-, publicadas en 1826 a 1834, dan datos muy exactos e
interesantes, especialmente sobre el comercio en Buenos Aires, a
principios del siglo pasado.
El interesante librito del doctor José Antonio Wilde, titulado =Buenos
Aires desde sesenta años atrás' (1878), indicando las modalidades de la
época, nos lleva al tiempo en que sucedieron los hechos que deseamos
tratar.
Interesantes datos me han dado el señor Robert Bruce Gibbings, de Lomas,
y otras personas.
Incluimos en esta, publicación una fotografía de una acuarela en azul,
hecha durante el viaje, como se ve, de la fragata –Symmetry- of Scarboro;
fragata en que vinieron la mayor parte de los que fueron fundadores de
la Colonia de Monte Grande.
Dicha pintura ha sido conservada con todo cariño por mi familia y por
primera vez ha sido ahora reproducida y publicada.
Los antiguos escoceses en el Río de la Plata, la recordaban y veneraban,
como los norteamericanos a su - May Flower - ; pero, pocos de sus
descendientes habían visto la pintura original; ha causado pues gran
sorpresa y alegría el ver la reproducción aquí incluida y he entregado
varias docenas de fotografías, unas del tamaño del cuadro original y
otras ampliadas, como también este folleto impreso, para venderse a
beneficio de la educación, que auspicia el - Scottish Centenary Fair -.
La actuación en Sud-America de los hermanos Juan Parish y bien conocida
por sus libros; - Letters on Paraguay (1835) - Francia's Rein of Terror
- (1839) y - Letters on South America - (1843), escritos en su retiro en
Inglaterra.
Sobre la Colonia de Monte Grande, poco o nada mencionan los Robertson en
sus obras, por haber sido el mayor fracaso y decepción que sufrieron
aquellos –pioneers- de la civilización. Pues esta empresa los dejo
sumidos en la mayor pobreza, retirándose sucesivamente a su país de
origen; donde recuperaron un relativo bienestar material y
habiéndose casado Juan Parish con una rica dama, se dedico al estudio y
luego a reunir y publicar sus recuerdos.
En 1910 deseaba publicar, en homenaje al Centenario de nuestra
Independencia, una reseña como la que ahora hago; pues el libro de Dodds
había casi desaparecido, debido a los prejuicios de muchos de los
descendientes de aquellos esforzados –pioneers - que habiendo alcanzado
una encumbrada posición social, tienen la debilidad de no querer que
se mencione la humilde posición que ocuparon sus antecesores en la
Colonia de Monte Grande, pues el autor daba francamente los datos tal
cual están anotados en el Consulado Británico. Así, no pude realizar el
proyecto por una decidida oposición y ahora tratare de evitar herir la
vanidad de muchos, englobando los hombres en una masa informe.
Publico esto en español, porque creo que, por mas conservadores que
fueran mis antepasados, estos hechos deben darse a conocer, después de
un siglo, en el idioma del país en donde tuvieron lugar. Es la reseña de
la primera y única Colonia escocesa en la Argentina.
La fundación de la Colonia de Monte Grande ha dado lugar a una de las
gestiones mas trascendentales del Gobierno de Rivadavia, pues aparte de
los elementos de alta cultura moral que vinieron entonces; es el hecho
de que el contrato de colonización, firmado por Rivadavia el 11 de Marzo
de 1824, fue la primera declaración oficial de la libertad de
cultos en nuestro país.
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COLONIA DE MONTE GRANDE Agosto 11 de 1925.
Dr. Cecilia Grierson
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ANTECEDENTES
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Entre los años 1824 y 1825 había en toda Europa y especialmente en
Inglaterra entusiasmo por hacer empréstitos, formar compañías y
asociaciones, principalmente comerciales y de emigración hacia Sud-América.
La mas resonante en Inglaterra fue la <Beaumont Association> para mandar
en cantidad, súbditos británicos a colonizar y ejercer diversos oficios
en SudAmerica, que se esparcieron principalmente en la Argentina y
Chile, pero, en realidad llegaron muchos menos de lo que se había
proyectado a causa del fracaso prematuro de la asociación.
Fue la empresa de los Robertson de la misma tendencia que la anterior,
es decir, especulativa y comercial, pero mas limitada y puramente
colonizadora tomando especial cuidado en seleccionar la gente para la
colonia, llegando a entusiasmar a parientes y amigos para que tomaran
parte en la aventura y preocupándose al establecerlos de que
tuvieran facilidades de vida, tanto en lo moral, como en lo material,
como se vera en adelante al elegir terreno cerca del punto de mayor
población entonces, que era la ciudad de Buenos Aires.
Para mayor esclarecimiento de los hechos posteriores haremos una reseña
de la actuación de los británicos, especialmente escoceses, anterior al
año 1825. Antes del principio del siglo pasado, casi no hubo ingleses en
Buenos Aires, pues el censo levantado en 1744, apenas da siete
residentes ingleses en esta ciudad. Solo se menciona la actividad
individual de unos pocos: la del ingeniero ingles, John B. Hotel que en
1758 dirigió la obra de rebajar la barranca frente al Fuerte y arregló
la calle del Fuerte (hoy 25 de Mayo) para el trafico asegurando una
salida al río para las calles que corrían de Oeste a Este.
En 1776, el virrey Vertiz, hizo nombrar al medico irlandés, doctor
Miguel Gorman (según R. Pillado es un error escribirlo 0' Gorman)
<Protomedicato de la capital del Virreinato> el cual medico trabajó y
vivió en Buenos Aires cuarenta y tres años, falleciendo en el año 1819.
Mas tarde, el doctor Thomas Forbes (prisionero de guerra en 1806), fue
medico muchos años en esta ciudad.
En 1823 vino el doctor Lepper que después fue medico de Rosas. También
el doctor Oughan irlandés y mas tarde el doctor Bonel que se entrelazo
con esta familia. Ya hemos mencionado el doctor A. Dick, al cual han
erigido un buen monumento en el cementerio británico y ahora se ha
trasladado a la sección británica de la Chacarita.
EI doctor A. Brown, que fue medico de la escuadra argentina, cuando
estuvo en guerra con el Brasil, radicándose en Buenos Aires el año 1828,
donde vivió hasta su fallecimiento en 1868.
Puede decirse que solo desde 1802 empezaron a llegar buen numero de
británicos que prosperaron rápidamente en cualquiera de las actividades
a que se dedicaron, estando clasificados en el registro del Consulado
Británico como comerciantes y propietarios, indicando el punto de donde
salieron.
De Inglaterra llegaron entre los años 1802 y 1823 unos treinta y seis
comerciantes y trece propietarios, cuyos nombres eran: R. Jackson, Q.
Jump, P. Parkin, J. Barton, R. Billinghurst, J. Postlethwaite, J.
Robinson, J. Sudlam, D. Mackinlay, S. Puddicomb, J. Stevenson, J.
Brittain, W. Cope, T. Nelson, S. Davis Weller, J. Lee, S. Chapman, D.
Price, T. Newton, J. Turner, J. Thwaites, N. B. Nislet, T. H. Bayley, J.
Appleyard, J. Carlisle, J. Harratt, J. Taberer, T. Gowland, J. Kelshaw,
J. Silletoe, G. Nuttall, G. Brown, E. S. Harvey, J. y W. Downes, J.
Crowther, Samuel Lafone.
De Irlanda desde 180ó a 1818 solo se inscribieron en el Consulado
Británico, tres comerciantes y dos propietarios, cuyos nombres son: J.
Dillon, R. Duffy, R. Montgomery, P. Sheridan, J. Guillioan (medico).
Pero de lrlanda fueron muy numerosos los que se quedaron después de las
invasiones inglesas, cuyos batallones eran casi todos formados
por irlandeses y ya sea que desertaran o cayeran prisioneros, se
radicaron en el país, cuya religión era la misma que la de ellos y cuyo
carácter es semejante al español. EI general O'Brien, irlandés, después
de haber hecho las campañas de Chile y Perú a las ordenes de San Martín,
fue en 1822 a visitar su familia en Irlanda y contrato allí unos
doscientos agricultores que vinieron a establecerse jaca acompañados de
un medico y sacerdote.
Directamente de Escocia llegaron desde el año 1809 a 1824, unos veinte y
ocho comerciantes y doce propietarios que se inscribieron en el
Consulado Británico de Buenos Aires y son: T. Fair, D. Spalding, A.
Wilson, J. Miller, J. y R. Orr, G. Mc Farlane, John Parish y Will_am
Parish Robertson (1809 y 1813), J. Carter, J. Watson, W. Mc Onake, A.
C. Dick (medico), J. Mc Farlane, D. Stewart, H. Hoker, S. D. Campbell,
D. Mc Nab, J. Gibson, G. Gibson, A. Butters, T. Duguid, W. Thompson, J.
Mc Dougall, J. Miller, J. Stewart, C. Watson, W. Lockhart, R. Mathison,
J. Mc Cleland.
Los datos revelan que fueron los escoceses los primeros en ejercer en
gran escala el comercio en el Rió de la Plata y los detalles publicados
en las <Guías Blondell> sobre quienes sacaban licencias para trabajar
como <comerciantes y consignatarios> entre los años 1826 y 1834, dan no
solo los nombres, en el orden alfabético, sino también indicando calle y
numero de la oficina. Como todo extranjero era considerado <ingles>, y
todo el que hablara ingles como un británico, no hacían distinción entre
estos y norteamericanos que también llegaron en buen numero, como el
ingeniero Bevans (abuelo materno de Pellegrini), Rodney, etc.
Para ejercer principalmente el comercio; tanto que entre unos y otros
había en 1830 mas apellidos ingleses que en la actualidad, tomando en
consideración la actual población, comparada con aquella. He aqui la
lista de firmas comerciales de entonces: Anderson y Weller, J. Appleyard,
T. Armstrong, P. M. Andrew, C. H. Anderson, G. y J. Black, A. Barber, G.
Barker, A. Barter, J. H. Bayley, G. Becher, Beltram y Armstrong, Best
hermanos, Brown y Buchanam, J. Brittain, M. Billinghurst, Chapman y Co,
Campbell y Mac Dougall, R.y J. Carlisle, Davison, Dorr y Co, J. Dalton y
Co, Dickson, Peysey y Co, Douglas yEaton, Dugind y Mc Kerrel, Dowdall y
Lewis, Dunnett, Knox y Co, Dickson y Co, Ford y Co, G. Gibson, J. Gibson,
Gowland, Slocum y Co, Green y Hodgson, D. Gowland, T. Gowland, P. M.
Grogan, Harratt e hijos,. C. Harton, C. R. Horne, Heyworths y Carlisle,
Hallet y Co, J. S. Lyons, G. Lord, Lafone, Robinson y Co, E. Lumb, T. J.
Lowe, Jacksons, Barker y Co, J. Miller, Miller, Robertson y Co, Miller,
Eyes y C, Mac Cracken y Jameson, Mohr y Ludowice, A. Muir, Morison, Muir
y Co, T. Nelson, Noble, Gowland y Co, Nicholson, Green y Co, P. A.
Plomer, Plowes, Noble y Co, Parlane y Macalister, J. P. Robertson, W. P.
Robertson, C. W. Robinson, Rodger, Bread y Co, R. Lutton, Sheridan
hermaños, Salisbury y Davis, Stewart, Mc Call y Co, W_ Stuart, Sutton,
Gregory y Co, Spears y Co, Smith, Taylor, Cartwright y Co, J. y J.
Thwaites, J. Thompson, Wilson, Smith y Co, Wilson, Mc Gregor y Hardisti,
Winter, Brittain y Co, J. Wilson, J. Zimerman, Zimmerman, Fraser y Co.
Total: 49 casas comerciales, 18 almacenes, 4 hoteles, 9 muebleros, 3
tapiceros y colchoneros, 2 barraqueros, 2 cocherias, 3 herrerías, 1
corredor, 1 rematador, 2 imprentas, 4 pintores decoradores, 1 joyero, 4
relojeros, 5 boticas, 8 médicos, 6 sastres, 2 talabarteros, 2
encuadernadores, 3 sombrereros, 1 hojalatero, 1 cervecero, 5 negocios
pequeños al menudeo.
La primera reunión colectiva de británicos que se menciona es la de una
<Logia Masónica Militar>, durante la ocupación de W. C. Berresford. Ya
desde 1811 se había fundado la primera asociación británica titulada <British
Commercial Rooms> con el personal de las doce casas de comercio de
ingleses, en que figuraban los nombres de Dillon, Wright, Orr, Gowland,
D. y T. Barton, Lynch, etc. En 1822 se encargo de la oficina T. G. Love,
que mas tarde fue el director del <British Packet> y en esa fecha se
subscribieron cincuenta y seis firmas inglesas. En 1829 recién
dieron mayor amplitud y liberalidad en la suscripción de socios,
aceptando entre estos a los del país y cambiando el nombre de la camara
por <Buenos Aires Commercial Rooms> que prospero rápidamente.
El primer banco que se fundo por británicos fue en el año 1822, debido
al esfuerzo de los comerciantes ya mencionados, pues la acción oficial
había fracasado. Entre los que mas se empeñaron en su realización
fueron: J. Brittain, W. Hardisty, J. Bayley, J. Harrat, R. Montgomery,
W. Cartwright, W. Orr, W. Robertson, T. Bertram, J. Miller, J. Thwaites.
El Banco abrió sus puertas el 15 de Enero de 1822, simplemente como un
Banco de descuentos
y todo el encaje era en oro y plata. En 1826 fue reformado como Banco de
las Provincias Unidas del Río de la Plata, con un directorio de nueve
miembros, quedando solo tres británicos como directores, estos fueron J.
Thwaites, J. Brittain y J. Barton. Estos comerciantes se reunían en
alguno de los mejores hoteles ingleses de la época para festejar con un
banquete las fechas de su predilección. Los norteamericanos en el de
Thorn para el 4 de Julio, los ingleses el día de San Jorge en lo de
Faunch o Keen y en alguno de estos dos, los escoceses el 30 de
Noviembre, día de San Andrés.
El primer banquete escocés tuvo lugar en el año 1824 presidido por el
cónsul general británico Mr. Woodbine Parish* que anuncio el arreglo
para traer agricultores escoceses para colonizar y las bases del tratado
formula do entre el Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la
Plata y su Majestad Británica; documento que llevaría a los pocos
días a Inglaterra el vice-cónsul señor Griffiths. Este acontecimiento
fue descrito en la <Gaceta Mercantil> de la época.
* Este año se festejo el 25 de Mayo en Londres, como se hace todos los
años, el 115° aniversario de nuestra independencia, y Lord Farringdon,
Mr. Austin Chamberlain y otros, entre ellos el meta del que había
intervenido en este primer tratado de Amistad, Navegación y Comercio,
Sir Woodbine Parish, quien hizo resaltar la no interrumpida armonía
durante todo un siglo entre la Gran Bretaña y la Argentina, contestando
nuestro ministro don José Evaristo Uriburu, quien al brindar menciono la
clarividencia de los estadistas George Canning y Woodbine Parish sobre
el porvenir de nuestro país, como igualmente el patriotismo y elevación
de nuestros hombres de Estado de entonces: Bernardino Rivadavia y José
Manuel García, y el significado de la venida del Príncipe de Gales para
consolidar mas nuestras relaciones amistosas. Estos banquetes se
repitieron basta el año 1835. J. P. Robertson describe la vida social
al cual tenían acceso los británicos entre 1817 y 1819, haciendo ver que
era muy agradable para los que tenían su familia formada, pero bastante
monótono para los solteros sin familia; pues era costumbre que vivieran
en la misma casa donde estaba establecido el negocio, patrones y
dependientes, en una especie de pensionado. Los que se entremezclaron
con los del país lo pasaban mejor, y de ahí se explica la cantidad de
británicos que emparentaron con familias del país, a principios del
siglo. Los que continuaban siendo protestantes, que era la mayoría de
los británicos,
encontraban grandes dificultades para celebrar los ritos civiles y
religiosos en los acontecimientos mas importantes de su vida. El
bautismo se celebraba en el Consulado o en la Legación Británica,
oficiando el cónsul ó ministro.
Los casamientos se celebraban a bordo de alguno de los buques de guerra
que se acercaban a esta región ó en los casos que estos no pudieran
hacerse en esta forma se elegían tres testigos, uno de los cuales
oficiaba como clérigo, daba la bendición y los nuevos cónyuges se
subscribían en el registro consular británico.
Hasta 1820 no hay noticias de que tuvieran los británicos un sitio
especial para enterratorio.
El 10 de Diciembre de aquel año, tuvieron una reunión, nombrando un
comité para estudiar la posibilidad de tener un Cementerio británico y
dar su informe al respecto a la mayor brevedad posible. Fueron nombrados
G. J. Dickson, presidente, acompañado de R. Carlisle, R. Dallas, A. Guy,
T. Nelson, W. Mc Crachon y W. Lougle que presentaron en seguida el 10 de
Enero de 1821, el informe aconsejando comprar un lote adecuado para el
cementerio en la calle Juncal esquina Suipacha, frente al Socorro. Una
subcomisión fue encargada de gestionar ante el Gobierno el permiso
necesario que fue acordado el 19 de Marzo de 1821 y con la suscripción
levantada entre los interesados compraron el sitio en 700 $ moneda
corriente.
En 1832 se hizo evidente que el local del cementerio era demasiado
pequeño para la población británica; así en 1833 se hizo el traslado de
los restos a la calle Victoria y Pasco, boy convertido en Plaza 1ro. de
Mayo.
El comité del Cementerio Británico obtuvo ese mismo año personería
jurídica y reteniendo el terreno del antiguo cementerio hasta 1887 en
que obtuvieron la suma de 27.000 $ que invirtieron en cedulas nacionales
a fin de tener una renta, necesaria para el sostenimiento del nuevo
cementerio.
Para la compra de este se obtuvo el permiso necesario el 11 de Febrero
de 1833 y pagaron por el terreno 4,500 $ moneda corriente ó sea £ 131.
Luego con la construcción de la capilla, rodear el terreno de pared,
etc., se empleó un total de 45.643 $ ó sea £ 1.318; dándoseles el titulo
definitivo de posesión el 31 de Diciembre de 1833.
Arreglándose que seria un cementerio protestante, común, pagando los
norteamericanas y alemanes la parte que les correspondía del terreno. Ya
desde 1868, la Municipalidad de Buenos Aires, trató de hacer cambiar de
sitio dicho cementerio par estar demasiado central en medio de la
ciudad; pero, en varias ocasiones se encontró gran oposición,
intervinieron las influencias oficiales y el traslado fue postergado
hasta el 24 de Noviembre de 1892 en que se hizo la apertura de la
sección protestante del Cementerio de la Chacarita.
En 1824 los protestantes británicos, gestionaron el establecer la
Iglesia Anglicana y por suscripción costearon la estada del Rev. Mr.
Armstrong, que ofició en un local ad-hoc en la calle Potosí, hoy Alsina,
basta la construcción de la primera Iglesia Anglicana en terreno donado
par el Estado en la calle 25 de Mayo, donde subsiste.
Los de la Colonia de Monte Grande, apenas llegaron, hicieron gestiones
para establecer la Iglesia Presbiteriana escocesa y conseguir un maestro
de escuela para los hijos de los colonos. Consiguieron que de Glasgow,
viniera el Rev. W. Brown que ejerció ambas misiones, mas tarde se
construyó la iglesia, estilo gótico, dirigida par el arquitecto Adams y
situada en Ia calle Piedras, que fue demolida para hacer la Avenida de
Mayo.
La iglesia escocesa actual queda en la calle Belgrano y Perú. Los
escoceses de la Iglesia Presbiteriana son profundamente religiosos,
imbuidos en las severas doctrinas de Calvin y Knox, consideran a sus
ministros y familias como merecedores de las mayores consideraciones
sociales y respeto. Hasta fines del siglo pasado los descendientes de
esos protestantes y creo que aún hoy día hay muchos, que jamás se
acuestan sin hacer de rodillas su oración respectiva, como también el
jefe de la casa reza en común una oración antes y después de carda
comida. El domingo está dedicado por completo a las practicas
religiosas; ir a la iglesia por la mañana y a la tarde para los oficios
y sermón; si la iglesia queda lejos, los oficios son dirigidos por el
jefe del hogar reuniendo la familia, sirvientes y vecinos, lee en alta
voz los versículos de la Biblia seguidos de alguna oración. Tambien
tenían la costumbre de hacer venir por turno a sus estancias los
clérigos de su credo para oficiar los domingos o bautizar, casar o
consolar algún moribundo en cualquier momento.
Hay algunos que el día domingo no, harían un viaje, sino por una causa
muy poderosa, como una desgracia de familia; ni harían una compra, ni
negocio, aunque les reportara enormes beneficios y muchos han perdido
empleos y posición solo por habérseles insinuado que tendrían que
trabajar el día domingo. He visto estancieros, parientes míos, dar otro
DIA de la semana de asueto para que los puesteros pudieran trabajar sus
propias chacras, sin necesidad de hacerlo en el DIA domingo.
Solo en este siglo han aceptado que en ese DIA se dedicaran algunas
horas a sports, ajedrez o a visitar museos o galerías de arte, o leer
algo que no fuera la Biblia. Las diversiones como teatros, bailes, etc.,
están todavía excluidas y ahora por suerte el <sábado ingles> les
permite estas diversiones sin faltar a sus deberes. Entro en estos
detalles para que pueda formarse un concepto de la psicología de los que
luego formaron la Colonia de Monte Grande.
Debemos recordar con satisfacción y orgullo a los primeros británicos
que obtuvieron carta de ciudadanía argentina: señores Winton, y Juan
Miller, casándose ambos con hijas del país; siguieron les en esta
gestión los señores Daniel Gowland y Santiago Wilde. Nos es grato
consignar que en el año 1815, los residentes británicos de Mendoza se
ofrecieron para formar y equipar a su costo una compañía de caballería
para la defensa de la ciudad; proposición que fue aceptada el 13 de
Febrero de 1815, habiendo el Gobernador recomendado al General San
Martín su aceptación en estos términos: <que eran hombres acostumbrados
a las fatigas y riesgos de la guerra, siendo la mayor parte
acreditados soldados, prisioneros de guerra que se radicaron en el
país>. Según don Francisco P. Moreno que ha tomado los datos del Archivo
General de la Nación, las solicitudes de casi todos eran en español, así
como los nombres de pila, al pie de esos documentos.
El Gobernador, de las provincias de Cuyo ordenó se diera <las gracias a
nombre de la Patria a los individuos que tan generosamente se habian
inscripto para prestar sus servicios en obsequio de la Libertad
Americana; asegurándoles que este gobierno remuneraría cualquier clase
de sacrificios con que acreditan su patriotismo y decidido interés para
la felicidad del Estado.> Los puestos en el batallón de voluntarios en
Mendoza, fueron repartidos por sorteo, y con
verdadera gratitud consignamos los nombres de estos esforzados
británicos, pues, demuestra que el soplo de la Libertad había inflamado
hasta los hijos de los países mas esquivos para formar la nacionalidad
de todo otro país que no sea el suyo. He aquí sus nombres que deben
recordarse para ejemplo de los demás.
Juan Young (capitán), Tomas Appleby (temente lo), Santiago Lindsay
(teniente 20), Juan Hefferman (subteniente), Samuel Chonk, Roberto Baron,
Hector Mc Neil, Juan Bautista Mc Cochen, Tomas Hughes, Roberto Smith,
'Juan Fleming, Bartolome Tukerman, Tomas Knight, Samuel Knowles, Juan
Bradshaw, Timoteo Lynch, Juan Miller, Juan Rodriguez, Guillermo Holmes,
Eduardo Liford, Roberto Smith, Santiago Ferman, Samuel Wise, Jorge Rowe,
Samuel Puche, Jorge Gillespie, Juan Frost, Guillermo Mc Gregor, Tomas
Martin, Pedro Ayres, Guillermo Hely, Pedro Smith, Jorge Melham,
Guillermo Forbes, Pedro Juan Martinez, Juan Humfries, Juan Brown, Jorge
Crawford, Juan Ammes, Jose Andrews, Alfonso Benites, Guillermo Carr,
Daniel Mc Cuchan, Jorge Collins, Roberto Johnston,' Jacobo Brownson y
Julian Mohalan.
En 1820 unos treinta dependientes y mecánicos británicos formaron una
compañía de caballería volante para acompañar como cuerpo de guardia, al
Gobernador en las paradas y procesiones que tuvieran lugar.
Mas tarde han figurado muchos apellidos ingleses en el ejercito y la
armada, fuera de Brown y French. Los demás han sido hijos de ingleses y
su actuación es posterior a la época de que tratamos.
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