El apellido Fernández se trata de una derivación del nombre propio
Hernando o Fernando, que a su vez se originan en el nombre propio Ferrán, que significa esforzado guerrero, derivación de la palabra céltica "Har",
traducida por "guerra" y "poder".
Identificar al primero que usó este apellido es prácticamente imposible. No lo es, sin embargo, localizar el origen de las familias que en distintas regiones
que irían creando las líneas que difundieron el apellido.
Debe hacerse constar que, en un principio, los apellidos Hernández y Fernández se confundieron entre sí y así pueden encontrarse personajes históricos que se les denomina indistintamente Fernández o Hernández.
Aún existiendo un escudo general, debe tenerse en cuenta que, al convertirse en compuesto (ej. Fernández o Hernández de Córdoba) fue estableciendo sus propias armas. Como en los siguientes linajes:
Hernández de Bereza, Hernández de Leiva, Hernández de Luna, Hernández de Tejada, Hernández de Piña, Hernández de Gincio, etc. etc.
El apellido se ha distinguido en todas las actividades del ser humano: Bellas Artes, en la Medicina, Literatura, Química. Física, Religión y en la Milicia.
Muchos conquistadores españoles llevaron el apellido Fernández o Hernández. Hay quien les acusa de duros, crueles y avariciosos. Lamentablemente, es cierto en algunos casos. Pero los historiadores están de acuerdo en que los hubo tan dignos y leales como Hernando de Soto (aquí encontramos el patronímico de Hernández) que no sólo pasaba largos ratos acompañando al inca Atahualpa, prisionero de Pizarro, sino que llegó incluso a enseñar a jugar al ajedrez al desventurado Emperador y se opuso, aun sin éxito, a que Pizarro le hiciere ejecutar.