EN
EL AÑO 1958 LLEGAMOS POR PRIMERA VEZ
a Argentina. Pocas semanas después,
un oficial anciano nos habló en
inglés pidiendo permiso para
visitarnos. Cuando llegó, abrió un
mapa de la república y nos mostró la
vasta zona de la Patagonia (zona sur
del país), explicando que no había
obra salvacionista permanente allí.
Por años, él había estado orando
para que el Ejército de Salvación
fuera a ese lugar. Nos explicó que
recientemente el gobierno había
permitido a unas compañías
estadounidenses desarrollar la
extracción de petróleo en la zona.
Él consideraba que éramos los
indicados para abrir la obra allí,
ya que por nuestra nacionalidad,
podríamos apelar a las empresas de
nuestro país para sostener esta
nueva obra. Nos pidió orar sobre el
asunto. Con el tiempo llegamos a
conocer al Brigadier Jacobo Nüesch,
que a pesar de estar jubilado,
continuaba trabajando dirigiendo la
oficina de “personas buscadas” del
Ejército de Salvación. Nüesch no era
originario de la Argentina. Conoció
al Ejército de Salvación cuando la
obra estaba en sus primeros años en
su país natal Suiza. Oyó al Fundador
William Booth predicar y pidió unos
libros ofrecidos en el programa. La
lectura le causó interés y comenzó a
asistir a un Cuerpo. Con el tiempo
se convirtió, pero lamentablemente
la reacción de su padre fue
totalmente negativa. Le dijo a
Jacobo que si insistía en participar
en esa religión, lo echaría de la
casa. Jacobo fue a ver a su Oficial
Directivo para pedir ayuda. Se
hicieron arreglos para que se
hospedara en la casa de unos
salvacionistas. Poco tiempo después
solicitó la entrada en la Escuela de
Cadetes para llegar a ser Oficial.
Respondiendo a un artículo en el
periódico Salvacionista, Jacobo se
ofreció para servir en la India. A
su vez le preguntaron si estaría
dispuesto a trabajar en América
Latina. Así fue como en enero de
1904 llegó a las playas argentinas,
comenzando un trecho de más de
cuarenta años de servicio en el
Territorio. Su ministerio incluyó
trabajo en Cuerpos e instituciones
sociales. Comenzó la obra en la
ciudad de Concepción del Uruguay y
allí se encontró con la que más
tarde llegó a ser su esposa. De esa
unión nacieron ocho hijos, de los
cuales siete llegaron a ser
Oficiales, dos fueron Jefes
Territoriales y uno de ellos era el
redactor de la revista Decisión, de
la organización “Billy Graham”. Su
nieto (el Coronel Néstor R. Nüesch)
es el actual Jefe Territorial del
Territorio Este de Sudamérica. |
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El
Brigadier y su señora, |
la
Brigadiera Adelaida
Martín de Nüesch. |
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Jacobo
Nüesch se ofreció para
trabajar en la obra
social y por un tiempo
estuvo a cargo de toda
la obra social masculina
del Territorio. Durante
este último tiempo, uno
de sus ministerios más
importantes lo
desarrolló en las
prisiones. Además de
predicar en ellas, hizo
amistad con los presos y
por medio de visitas y
correspondencia con
ellos, pudo influenciar
a muchos a entregarse al
Señor. En sus cuarenta y
un años en América
Latina, solamente tuvo
dos oportunidades de
regresar a su país
natal. En esas ocasiones
su padre mostró un gran
aprecio por la decisión
de su hijo y la obra que
estaba haciendo. Después
de que el Brigadier tuvo
aquella conversación con
nosotros, llegamos a
entusiasmarnos con la
idea de abrir la obra en
la Patagonia. Hablamos
con el Jefe Territorial,
pero no tuvimos buenos
resultados. En nuestra
reunión de despedida del
Territorio en 1963, un
Oficial galés estaba
recibiendo la bienvenida
al Territorio. Es
importante saber que en
el sur de la Argentina
hay una colonia galesa
muy importante. Ese
Oficial pudo ir y no
solamente inició un
Cuerpo en la Ciudad de
Trelew, sino que comenzó
un ministerio pastoral a
través de toda la
Patagonia. De esa manera
las oraciones del
Brigadier Jacobo Nüesch
se cumplieron
ampliamente. Fuente de
información: Artículo de
El Cruzado del 15 de
junio de 1945
Correspondencia con el
hijo del Coronel Jacobo
Nüesch. |
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