Camina
pensativo mirando el suelo,
con
ansias de abrir la tierra y hallar el misterio.
Se
inquieta por lo que es el mundo
y
luego reacciona como si fuese mudo.
En
su afán de búsqueda incesante,
contemplar
la tierra es su alegría
y
ella le muestra sus virtudes,
él
la ama con la muerte o con la vida.
Sentado
en una roca casi perdido,
observa
el mar y el infinito.
Enloquecido
por descubrir siquiera,
desea
transformarse en pajarillo.
Se
desplaza acariciando tierra y agua,
rocas,
aire, vegetales y animales.
Por
lograr sus ansias inquietantes,
lo
construye o destruye al instante.
Ya
nació el valor y la confianza,
la
voluntad domina corazones.
La
tierra y el agua son amantes
y
él busca en el cielo sus anhelos dominantes.
Ahora
sí ¡Levanta la cabeza!
Mira
el cielo, la luna y las estrellas.
Y
con actitud fuerte y dominante,
pretende
conquistar alguna de ellas.